No hay pólvora. El Málaga estudia la manera de salir de la zona baja mientras constata su anemia en el área rival: cuatro goles en los últimos ocho partidos. Solo el Getafe ha firmado un registro peor en el mismo parcial con tres dianas. Al Málaga le ha sentado muy mal el invierno: solo ha marcado en dos de ocho encuentros. Tres goles en la visita del Sevilla y uno en la goleada (4-1) que le endosó el Rayo en Vallecas. La lección a aprender es clara.
Bernd Schuster cuenta con el quinto equipo que menos goles celebra de la categoría y sigue sin saber cómo remediarlo. En el mercado invernal han llegado cuatro efectivos, tres de ellos tienen un perfil netamente atacante (Amrabat, Rescaldani, Iakovenko) más Pablo Pérez, quien también mira con facilidad meta contraria. En el choque contra el Almería, el punto que rescató el conjunto blanquiazul le ha dado una tranquilidad relativa para afrontar el próximo envite en casa contra el Valladolid.
Por segundo choque consecutivo, los andaluces se han quedado sin marcar. Si contra Sevilla y Rayo rompieron una racha de cuatro envites sin ver puerta, en la visita de la Real Sociedad a Martiricos y el derbi en el estadio de los Juegos Mediterráneos, el equipo de Al Thani ha vuelto a su sequía de los últimos tiempos para confirmar su presencia en la pelea por evitar el descenso esta temporada. El colchón de puntos para la tranquilidad ha perdido demasiado espesor: tres puntos con su próximo contrincante, el Valladolid, que marca la zona de descenso. Debe reaccionar.
A tres semanas para que se marche oficialmente el invierno, el Málaga debe cambiar la tendencia que sigue desde que se cambió de estación. La faceta atacante del equipo entrado en proceso de hibernación y aunque
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